Un mes parece el tiempo suficiente como para empezar a contar, a narrar, a relatar, a describir nuestra experiencia maltesa. Mostrarla a quienes quieran disfrutar de una escapada fugaz a esta tierra de piedra y agua. Haremos lo posible por compartirnos con vos, y no precisamente por vos, sino por nosotras y nuestra inagotable necesidad de contarnos.
Aquí Ana y Carmen comunicándose desde la Isla, básicamente, esa es la descripción de este blog.
Cuando pasas tanto
tiempo sin habitar un lugar sientes una especie de vergüenza al llamar a la
puerta, como si un: eh hola ¿qué tal? no fuera a ser suficiente. Lo ideal sería
que antes de llamar tengas preparado o:
1. Varias frases de disculpa convincentes...me da mucha pereza pensar en esto.
2. Varios temas jodidamente buenos sobre los que hablar
Quiero decir, igual podría
intentar hacer una buena entrada sobre el día en que mi casero vino a cambiarme
internet con dos amigos que por lo visto sabían mucho de internet, el vecino
del cuarto que sabía de cables y agujeros, y su padre que no sabía mucho de nada pero
tenía que coger unas medidas de mi cajón de los cubiertos. Por suerte, me contestaron que no al would you like a coffe, porque mi
cafetera es para dos y ya sabéis la pereza que da cuando tienes que poner dos
veces seguidas una cafetera….da pereza. Por suerte también, se vio claramente
que había dejado mis bragas mojadas
colgadas en el picaporte de la puerta principal….no tengo una explicación a
esto…. Y yo que sé, que las vea mi casero, los dos amigos que saben de internet
y el vecino que sabe de agujeros y cables puede pasar, pero que las vea su padre que ha
venido a coger las medidas de mi cajón de cubiertos –llamarme rara-pero me
parece excesivo.
Y volviendo al tema, en
mi caso no tengo ninguna de las dos cosas preparadas. Este trasunmillondesiglos
knock knock es fruto exclusivo de la falta de sueño y el disfrute de la nueva sala de estar en la
que se ha convertido mi cocina. Un simple movimiento de mesa me ha hecho crear
una sala de estar donde durante 6 meses solo había una cocina. Llevo varias
horas fascinada con el hecho: ¿como un cambio tan irrelevante puede darte una
completamente diferente perspectiva? Total, que me he plantado sobre las alfombras a las 6 de la tarde, y
aquí sigo con la botella de agua a la izquierda y la postal de Lisboa en el muro
de enfrente. Y que no me muevo, oye….
Volviendo otra vez. El caso es que cuando
por fin entras al lugar y haces el saludo de rigor, el siguiente paso tiene que ser el silencio incómodo necesario…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………
creerme, es necesario esperar en silencio a que todas las miradas se dirijan a ti ocultando
pensamientos de tipo: no, no es suficiente o ¿estas más gorda? Y así te quedas en una esquina esperando que
se pase pronto, que todo el mundo te vea rápido y quitarte de encima el primer
reencuentro lo antes posible.
También puedes aprovechar el silencio para
pensar, ahora sí, en lo jodidamente bueno que será el próximo post donde
contarás tu experiencia con Julián, un caracol de lechuga; grande y con manchas
que ha estado chupando mis baldosas una semana…pero hoy no quiero hablar de ello
porque estoy en pleno duelo…. En fin, que en realidad no tengo la menor idea de
si se entiende la metáfora. Y todo este
rollo es además estúpido por dos razones
fundamentales:
1.A nadie
le importa una mierda que vengas a vayas, a nadie excepto a ti que eres lo
suficientemente egocéntrica como para creer que este blog estaba en alguna
mente hace 5 minutos, o 2 semanas o 3 meses.
2.Lo
es
Joder que gusto! Se acaba de mitigar (palabra que recordé el otro día y
quiero incluir en mí vocabulario) el ruido del frigorífico…..ese ruido sabéis? Ese
ruido que se mete en tus tímpanos y sobre el que no te percatas hasta que deja
de existir. O acaso toda persona humana no ha vivido alguna vez ese momento de:
Aypordiosquealivioputofrigorigico.