jueves, 5 de julio de 2012

Mi vida sin Ana





 "Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro...."

Chau nº 3



A mi vida sin Ana le faltan las buenas noches y le sobra la incertidumbre. Lo único cierto es la incertidumbre. Pues estamos apañas. Yo, que había hecho un curso intensivo de gestión de la incertidumbre e hice todos los ejercicios del capítulo 6: "Crear y mantener un refugio al que puedas volver el día que la incertidumbre te pierda en la esquina de un sentimiento desconocido". Tras escribir una carta de reclamación por poner un título tan grande que no me cabe en la libreta, comencé a pensar en la cuestión sin sacar ninguna conclusión clara al respecto. Y ahora que empieza mi vida sin Ana, me doy cuenta de que se les olvidó hablar de los refugios que se mueven, y atender a la palabra, porque moverse no significa desaparecer....bueno, un poco si. 


Igual se me olvidó contar que Malta es la Isla de las incertidumbres, y aquí por lo visto nada permanece, y lo que permanece atiende a un significado de permanencia que nada tiene que ver con el significado que yo aprendí en 8º de EGB en el colegio Severo Ochoa de Albacete, donde permanecer duraba un montón de tiempo.  Permanecer: 1. estar en un lugar durante un tiempo. Quedarse. 2. Mantenerse sin cambios en un determinado estado, condición o cualidad. Continuar. Seguir. Aquí la gente solo practica la acepción 1, y con muchos matices para el significado de “un tiempo”. Porque el tiempo en Malta no existe para los perdidos, lo único que existe para los perdidos en Malta es la incertidumbre. Y la incertidumbre tiene esa extraña forma de ser potencia y posibilidad, pero nunca acto. Quiero decir, que en Malta puede ser todo, pero nunca es nada, y la mayoría de gente que para por aquí, se marcha el día en que desea volver a encontrarse, hacerse acto, volver a ser a través de lo que hace, de lo que tiene y  lo que ama. Y he aquí el significado de “permanecer” en esta isla: espacio de tiempo durante el que eres capaz de gestionar la incertidumbre.

A mi vida sin Ana le flaquean las piernas, porque cuando miro hacia abajo no veo la red y cuando miro hacia arriba  me cuesta más distinguir entre la luz de las estrellas y la de los aviones.

En mi vida sin Ana, el miedo da un poco más de miedo, y es latente y puntiagudo. Me da vértigo pensar en todo aquello que pierdo cada vez que gano. Que gran paradoja entre dos conceptos tan opuestos, porque sinceramente, a veces me cuesta distinguir si gano o pierdo en la misma jugada.

Mi vida sin Ana, me recuerda un poco más mi vida sin Samuel. Y una se siente vulnerable e insegura en algunos pasos. Y a una le entra la nostalgia de los días en los que no había que explorar terrenos desconocidos, ni arriesgar con la velocidad. Los días en los que éramos tan felices que no pensábamos en la felicidad.

El día 3 de Julio se cerró el ciclo corto con S del plural. No tengo ni la menor idea de cuanto tiempo permaneceré en este nuevo ciclo, de verdad que no lo se. Pero tengo la seguridad de estar haciendo lo que deseo, o probablemente lo único que puedo hacer, porque la mayor parte de las veces tiene más que ver con escuchar lo que te dices a ti misma, que con lo que te gustaría decirte. Y lo que Carmen le dice a Carmen en este momento es que permanezca.